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La recuperación global continúa su marcha, con algunos cambios en su composición, es decir, aún varias economías tanto avanzadas como emergentes continúan operando debajo de su capacidad, lo que implica que el momento viene, sin embargo, con algunas vulnerabilidades crecientes y desbalances continuos. El débil crecimiento de la productividad y la distribución desigual de las ganancias económicas limita el crecimiento hacia adelante, especialmente en las economías avanzadas. Por otro lado, aunque los riesgos de corto plazo son más balanceados, los riesgos a la baja aún dominarán a mediano plazo. No hay tiempo para detenerse, los hacedores de política deben emprender acciones de política concretas para fortalecer y sostener la recuperación. asegurando que ésta sea fuerte, bien balanceada, y más inclusiva. Sin embargo, hacer que el crecimiento sea resistente y balanceado requiere que los países se involucren en un diálogo para modernizar y adaptar el marco de manera dinámica y en torno a las necesidades cambiantes de la economía global; por tanto, la cooperación internacional jugará un papel crucial en fortalecer el sistema financiero global. (texto en español)
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