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Como consecuencia de la crisis financiera global de 2008, diversos países comenzaron a revisar sus marcos de regulación financiera. Las revisiones procuraron el fortalecimiento del marco microprudencial y, aún más importante, la mejora o creación de un marco macroprudencial que se centra en tres aspectos: medición y monitoreo de riesgo sistémico, políticas de identificación de riesgo sistémico, y el establecimiento de estructuras de gobernanza para la implementación de las nuevas políticas. Este documento estudia el tercer aspecto, es decir, nuevas estructuras de gobierno creadas para enfrentar los riesgos de estabilidad financiera, así como su capacidad para establecer políticas macroprudenciales para reducir los posibles riesgos sistémicos. Utilizando un conjunto de datos de 58 países, los autores encuentran que, aunque se han creado comités de estabilidad financiera en 41 países, solo dos tienen poderes directos para establecer políticas y solo 11 pueden emitir directivas para "cumplir o explicar", para los cuales se espera que una agencia responda realizando la acción requerida o explicando por qué no lo hizo. Los reguladores bancarios son parte de las estructuras de los comités en casi todos los países estudiados, pero son copresidentes de un solo comité. Esto indica que, si bien los reguladores micro prudenciales son esenciales en las estructuras institucionales para la estabilidad financiera, no están a cargo de las políticas macroprudenciales. Los resultados de regresión sugieren que los arreglos institucionales están diseñados más para compartir información que para tomar medidas. Como resultado, la mayoría de las nuevas autoridades de estabilidad financiera no están bien posicionadas para dirigir las políticas macroprudenciales contracíclicas, ni brindar alternativas significativas a la política monetaria para reducir los riesgos de estabilidad financiera. (Texto en inglés)
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