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Las instituciones financieras se han vuelto altamente dependientes de la subcontratación de procesos comerciales a proveedores externos. Los principales beneficios derivados de la subcontratación incluyen la reducción de costos y el desarrollo de beneficios competitivos, a través del acceso a conocimientos específicos, un mayor enfoque en los procesos centrales, la escalabilidad y un mayor rendimiento a nivel de servicio. Las actividades frecuentemente subcontratadas incluyen: tecnología de la información y administración de datos, contabilidad tradicional y procesos de cumplimiento. Sin embargo, la externalización o subcontratación también ha generado nuevos riesgos relacionados con una conducta indebida, fraude, dependencia del proveedor y complejidad del producto, lo que puede retrasar la terminación de un contrato con terceros y, por lo tanto, exponer a la institución a amenazas reputacionales y estratégicas. Es esencial que las instituciones financieras establezcan un marco de gobierno para limitar los problemas de agencia, gestionar los riesgos y desarrollar un plan de contingencia sólido. (Texto en inglés)
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