Cambio Climático Gestionando un Nuevo Riesgo Financiero

Los bancos no pueden permitirse ignorar el cambio climático. El impacto de este problema global provocará ajustes estructurales sustanciales en la economía global. Se espera que diversos sectores, como el de carbón y acero, experimenten una disrupción significativa, mientras que otros, como las energías renovables, la captura de carbono y las tecnologías de adaptación probablemente se beneficien. Tales cambios fundamentales, inevitablemente impactarán las hojas de balance y las operaciones de los bancos, lo que conlleva riesgos y oportunidades. Si bien las carteras de hipotecas en las áreas costeras pueden estar expuestas al impacto físico del cambio climático por el aumento del nivel del mar y las inundaciones, se requerirán grandes cantidades de capital y nuevos productos financieros para financiar la transición y la resiliencia climática, creando una demanda de servicios bancarios. Mientras tanto, los reguladores están comenzando a actuar, y los inversionistas, clientes y la sociedad civil están buscando acciones para mitigar riesgos, adaptarse y buscar mayor transparencia en el tema.

Con el fin de gestionar eficazmente los riesgos climáticos y proteger a los bancos de su posible impacto, las instituciones deben tratar el riesgo climático como un riesgo financiero, yendo más allá de los enfoques tradicionales que se centran en el riesgo reputacional. Este cambio implica la integración del riesgo climático en los marcos de gestión de riesgos financieros y la ampliación de la responsabilidad y las capacidades más allá de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) para incluir también equipos de gestión de riesgos. (Texto en inglés)