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Actualmente se debate cómo debe evolucionar la regulación para fomentar la competencia entre los bancos tradicionales, los nuevos actores de las fintech y las grandes empresas de tecnología (big techs). Algunos abogan por pasar de un enfoque regulador basado en entidades a otro basado en actividades, según el principio de "misma actividad, misma regulación". Sin embargo, hay poco margen de maniobra para armonizar aún más los requisitos para los diferentes actores en segmentos específicos del mercado es limitado sin poner en peligro los objetivos políticos más prioritarios. De hecho, parece haber razones de peso para confiar más, y no menos, en las normas basadas en entidades. El marco regulatorio debería incorporar requisitos basados en entidades para las big techs en áreas como la competencia y la resiliencia operativa, que abordarían los riesgos derivados de las diferentes actividades que realizan. Esta estrategia no sólo ayudaría a la regulación a alcanzar sus objetivos primordiales, sino que también serviría para mitigar las distorsiones de la competencia. (Texto en inglés)
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